Puerto Natales

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sábado, 29 de septiembre de 2012

Sincronicidad doble: Magia en Chile



Cuando empecé a leer sobre Chile una vez que  supe que iba para allí, de las cosas que más me sorprendieron  fue que uno de los  lugares más mágicos del planeta, y que siempre había despertado mi curiosidad, pertenecía a  la república chilena: Isla de Pascua. Si rebusco entre mis recuerdos más antiguos veo a un joven Chema de trece años convaleciente de un catarro, devorando en la cama un libro que provocaría mi posterior pasión por la ciencia ficción.
El libro era el primero que publicaba en 1970 un escritor suizo llamado Erich von Daniken de título “Recuerdos del futuro: enigmas insondables del pretérito”. En él planteaba la hipótesis de que extraterrestres habrían habitado en el pasado en nuestro planeta y serían los responsables de las construcciones más singulares de la antigüedad: las pirámides egipcias, los templos mayas y los moais de la Isla de Pascua. Releer, aunque sea por encima, ese libro treinta y cinco años después, es enternecedor. El libro hoy me parece  disparatado, pero al autor no le salió mal porque ha vendido más de sesenta millones de libros de todas sus obras.

Otro de los lugares mágicos es el valle de Elqui, donde abundan los  grupos esotéricos de muchos tipos, y hay quienes defienden que si los extraterrestres bajan a la tierra algún día lo harán es este lugar. Algo mágico debe tener porque disfruta de los cielos más limpios del planeta para observar las estrellas y eso sin duda te acerca al mistiscismo al poder contemplar con claridad la inmensidad del universo. Prueba de lo que digo es uno mis poemas preferidos “Noche oscura” de San Juan de la Cruz (http://users.ipfw.edu/jehle/poesia/nocheosc.htm), hecho canción, absolutamente deliciosa, por Loreena McKennit (http://www.youtube.com/watch?v=FcVaEA0009Q). Al no haber salido de la capital todavía no he sido capaz de disfrutar con el cielo austral. De lo que no parece que haya mucha duda, es de la afabilidad de los habitantes de la región. Otro punto adicional para querer  conocerlo.

Si os estoy relatando todo esto, antes de visitar esos lugares, que era mi primera intención, es porque no dejan de sucederme cosas curiosas aquí. Cuando así las califico, lo hago desde mi mentalidad de ingeniero, incrédulo y cartesiano, pero en vías muy avanzadas de reconversión intelectual. Me gustaría hablaros de sincronicidad. A pesar de su extraño nombre, es algo que todos conocemos. Son aquellas casualidades que por su rareza te hacen pensar en que hay alguna mano oculta detrás de ellas, por no decir otra cosa. Todos las hemos vivido. El concepto nace de un artículo que publicó en 1952 Carl Gustav Jung “Sincronicidad como principio de conexiones acausales” y leyendo el título se te quitan las ganas de continuar, pero desarrolla toda una teoría sobre estos sucesos. En Wikipedia (http://es.wikipedia.org/wiki/Sincronicidad)  relatan un ejemplo que le pasó al propio Jung: “Una joven paciente soñó, en un momento decisivo de su tratamiento, que le regalaban un escarabajo de oro. Mientras ella me contaba el sueño yo estaba sentado de espaldas a la ventana cerrada. De repente, oí detrás de mí un ruido como si algo golpeara suavemente la ventana. Me di media vuelta y vi fuera un insecto volador que chocaba contra la ventana. Abrí la ventana y lo cacé al vuelo. Era la analogía más próxima a un escarabajo de oro que pueda darse en nuestras latitudes, a saber, un escarabeido (crisomélido), la Cetonia aurata, la «cetonia común», que al parecer, en contra de sus costumbres habituales, se vio en la necesidad de entrar en una habitación oscura precisamente en ese momento. Tengo que decir que no me había ocurrido nada semejante ni antes ni después de aquello, y que el sueño de aquella paciente sigue siendo un caso único en mi experiencia”.

¿Habéis tenido esa sensación alguna vez? Sospecho que si.

Aquí he tenido dos experiencias de este tipo, pero no simples como las del ejemplo, sino ¡dobles! Así he querido llamarlas al estar muy relacionadas entre si. Paso a relatároslas tan brevemente como me permita mi redacción.

-        Primera sincronía doble:

o   Parte primera: El primer día que salgo a pasear por Santiago, casi lo primero que me encuentro es con la Universidad Pontificia Católica de Santiago. Me detengo a ver la fachada y cuando quiero hacer una fotografía al Cristo y aplico el zoom, veo unas palabras escritas en la pared en letras muy grandes: RELIGION Y CIENCIA a un lado de la puerta y LETRAS Y BELLAS ARTES al otro.
      Me gustó especialmente la parte primera en la que se contraponían dos de los mundos más irreconciliables del pensamiento humano. A los pocos días una compañera, al saber mis inquietudes por el mundo del coaching y del conocimiento en general me relata su teoría de los planos humanos que están siempre compitiendo: realidad con espiritualidad. Después de un rato en el que escuche interesado y disfrutando, le dije: “¡Pero eso no es nada nuevo! Lo vi escrito en la pared de la U el otro día”. Cuando le enseñé la foto, me miró con cara de admiración y preguntándose un poco… ¿y éste de dónde ha salido? ¿Cómo yo, que paso todos los días por delante, no lo había visto?, debió pensar. Al día siguiente me prestó un libro muy interesante.

o   Parte segunda: El día de mi cumpleaños me felicita una amiga, no sólo de facebook (fb) sino antigua compañera de trabajo con la que tengo relación amable, pero escasa. Exactamente a los dos días, comparte en fb un relato que yo había leído esa misma mañana, contado de forma distinta pero con el mismo mensaje, antes de ir a trabajar:

"Todo juicio, incluso del presente, está teñido por el estado de ánimo en el que nos encontramos en el instante en el que hacemos la evaluación. Esto se puede ver con el siguiente cuento: A un samurái la estaban yendo muy mal con sus cosas y decidió visitar a un sabio para preguntarle qué hacer. Éste le dijo: “No te preocupes, esto va a pasar. Al tiempo, el samurái volvió a la casa del sabio para agradecerle sus consejos y le relató lo bien que le estaba yendo. El sabio, luego de escucharlo tan feliz, le advirtió: “Esto también va a pasar”.

No tendría doble sincronicidad si no fuera porque el libro donde leí la historia, era el que me había dejado la protagonista de la parte primera, aquí en Chile.

-        Segunda sincronía doble:

o   Parte primera: tiempo atrás había solicitado mi contacto por fb alguien de Argentina que tenía mi mismo segundo apellido, que no es nada corriente. Indagué un poco el perfil y como no lo vi claro lo dejé. Estando aquí, con el tiempo libre que tengo, revisé la petición y acepté su solicitud de amistad. Después de intercambiar información, descubrí que su abuelo y mi bisabuelo eran hermanos.

o   Parte segunda: con intención de tener compañía en los viajes que me gustaría hacer por esta hermosa tierra, me apunté en un grupo de fb de gente española en Chile. Estuve mirando en qué consistía, y en una de las entradas, un grupo de asturianos compartían información. Aquí hay mercado de trabajo, que no necesariamente trabajo, en especial para ramas técnicas. Había una entrada de una joven de Oviedo que había estudiado ADE y que preguntaba si alguien sabía de algo relacionado con lo suyo. Como es el área en la que puedo echar una mano, y aquí todos nos sentimos más solidarios, me ofrecí a mover su CV por aquí. Cuando lo mandó, vi que no era de Oviedo sino de donde había nacido mi padre. Le comenté bromeando que a lo mejor éramos familia, y ella replicó que era muy difícil porque en realidad su familia asturiana provenía de uno de los padres que tampoco había nacido en esa gran ciudad. Seguimos investigando y, al final,  su madre y mi bisabuela habían nacido en la misma casa de una aldea: el apellido común era sanguíneo. He de confesar que me sentí mal, porque todo parecía preparado como en una especie de “El silencio de los corderos” en plan chileno, con un sicópata en la cincuentena intentado contactar con la tierna joven con la mitad de años y en un país extraño. Ella, muy amable, después de requerir más información, lógicamente, me explicó que la circunstancia era tan especial que había dudado de mí. La entendí porque yo mismo empecé a pensar si un mes sólo en Santiago me había trastornado. Por hacer número gordo, cuatro parejas de bisabuelos, si todos  tienen 5 hijos y a su vez, sus hijo se casan todos, y a su vez tienen cinco hijos cada uno, podemos hablar de un colectivo de entre 500 y 2.500 seres humanos con los cuales comparto bisabuelo y en la tierra habitan alrededor de 7.000 millones de personas vale que no es un cálculo de probabilidades directo, pero…Además, que coincidan dos en este tiempo tan corto…

Aquí comparto estas historias con vosotros. Me apetece no opinar. Algunos de los protagonistas, son lectores del blog, y no he dado más datos para preservar su intimidad.

Todo lo que os he contado ha sucedido en cuatro semanas. Yo estoy convencido que esta tierra es mágica. Y vosotros… ¿qué opináis? Me encantaría que comentarais vuestras experiencias de sincronicidad en el blog.

Si alguien quiere bajarse de este blog porque le parezca demasiado emocionante, que lo haga ahora. Quizás luego sea tarde J .

P.D. Dedicado a N. y a E. protagonistas de la segunda historia, que para encontrarlas tuve que recorrer medio mundo, cuando en realidad las tenía muy cerca, en lo virtual o en lo físico.