Alrededores de San Pedro. Al fondo el Volcán
Licancábur
En diciembre de 2012, hice un paréntesis entre mis
obligaciones profesionales para conocer el Gran Norte de Chile y su capital más
simbólica: San Pedro de Atacama. En el viaje en avión se pueden observar varias
minas a cielo abierto que de alguna manera devuelven todo lo que la tierra le
quita al pueblo chileno cada vez que le da por temblar con intensidad.
Ya desde que aterrizas en el pequeño aeropuerto de
Calama entras en contacto con lo que va a ser el paisaje predominante de toda
la región: desierto y montaña, roca y piedra.
Aeropuerto de Calama
De Calama a San Pedro hay cerca de cien kilómetros de
distancia que se hacen por una carretera
cómoda y bien asfaltada.
Carretera de Calama a San Pedro. Al fondo el volcán Licancábur
Y siempre presidiéndolo todo el volcán Licancábur de 5.920
metros de altitud y que se encuentra en la frontera entre Chile y Bolivia.
San Pedro es un pueblo de cerca de mil habitantes que
no llega a la categoría de ciudad, ni falta que le hace. Estructura su diseño
urbanístico alrededor de una pequeña plaza deliciosa en el lateral de la
iglesia.
Sus calles, de trazado rectilíneo, albergan casitas de una planta,
dedicadas en su mayoría al turismo: tiendas, farmacias naturistas, agencias de
viajes, restaurantes, etc. Todo se vuelca al turismo como fuente principal de
ingresos de la localidad.
Cuando te vas acercando a San Pedro, sorprende ver la
mancha vegetal en que se convierten sus abundantes árboles y plantas.
El agua de esta comarca proviene del deshielo de las
nieves semiperpetuas que cumbrean los imponentes volcanes de los alrededores y
que, o bien subterráneas o bien surcando la superficie en los barrancos de la
zona, proporcionan la fuente de vida a este espejismo vegetal.
San Pedro es un espléndido punto de partida para
conocer la zona chilena de esta parte del desierto, pero también puede
utilizarse para extender el descubrimiento de las maravillas de la naturaleza
que son el salar de Uyuni en Bolivia o la Puna, ambas al otro lado de la
cordillera pero con pasos factibles en automóvil. Yo conocí unos años atrás el
lado argentino de la cordillera y recomiendo vivamente acercarse a conocer
Salta, recorrer la quebrada de Humahuaca y disfrutar de esa maravilla de la
naturaleza que es el cerro de los siete colores. Toda la zona merece una
excursión de más días de los que yo dispuse. Aprovechaos y dejaros empapar de
la belleza de estos parajes que parecen no pertenecer a este planeta.
Argentina. Paisajes en la frontera con Chile
A este viaje fuimos cinco personas por lo que
alquilamos coche en el aeropuerto de Calama y una casa a las afueras de San
Pedro, todo esto una alternativa que hace bastante económica la excursión.
Recién aterrizados, recogimos el coche, hicimos la
gran compra de víveres en un mall de Calama y partimos para nuestro destino.
La mañana la empleamos en conocer San Pedro y por la
tarde nos acercamos al Valle de la Muerte, apenas a 20 kilómetros. Es difícil
describir lo que se siente al contemplar estos parajes descarnados. No se
observa vestigio alguno de vida. Seguro que hay insectos, pero por un momento
hasta dudo de ello. Como si pertenecieran a otro mundo ajeno al hombre, sólo
despiertan en mi fascinación por la belleza y las formas que no parecen de este
planeta.
El largo día termina con uno de los espectáculos más
fascinantes de todo Chile: su cielo nocturno. Como ya relaté en una entrada
anterior (http://elviajedechemaenchile.blogspot.com.es/2012/10/valle-del-elqui-paleta-de-infinitos.html) tuve contacto con el auténtico cielo austral en
Vicuña, en el observatorio Mamalluca. La diferencia es que San Pedro está a mil
metros más de altitud sobre el nivel del mar, lo que le confiere una pureza y
transparencia sin igual. Estuve varias horas compartiendo con mis compañeros de
aventuras mis pocos conocimientos del cielo. En realidad importaba poco, dada
la hermosura del cielo, pero tener algún conocimiento de lo que estás viendo
confiere una especie de alma al conocimiento que compartes. ¿Te has preguntado
qué es lo que ves cuando mira el cielo nocturno? Muchos responderéis que
estrellas y la luna. Y es cierto, pero con un poco de estudio puedes ayudar a
descubrir muchas más cosas. También se ven planetas con luz más brillante que
la de algunas estrellas. Y ser consciente de que las estrellas que vemos son
las de nuestra galaxia y, encima, las más próximas, apenas un par de pasos en
la inmensidad del universo. Pero aquí en Chile tienes la fortuna tienes la
fortuna de ver a simple vista alguna de las galaxias más cercanas a la Vía
Láctea, Las Nubes de Magallanes, supongo que nombradas así por ser este su
descubridor allá por 1.540.
Las Nubes de Magallanes. Observad el gran tamaño relativo respecto del fondo.
Pero poniendo atención, puedes ver objetos producto
de la mano del hombre. Al característico avión que suele cruzar la noche, con
un poco de paciencia, podemos algún
satélite artificial o incluso la Estación Espacial Europea. Hacer este
recorrido del cielo con estas básicas explicaciones predispone al observador a
mirar con otros ojos el cielo nocturno, sabiendo que no sólo están la luna y
las estrellas. Así pasa con muchas cosas de nuestra vida. Apenas sólo vemos lo
más evidente, lo que está en la superficie más elemental verdel conocimiento
humano. Lo importante es ser conscientes de que cualquier realidad es mucho más
rica de lo que advertimos y, por supuesto, querer ir más allá. Ese es el
principio de la ciencia y de cualquier conocimiento humano.