Puerto Natales

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domingo, 27 de abril de 2014

Sufriendo un ataque de ego. Una receta casera para combatirlo.

Si os preguntáis que tengo en común con Irina Shayk, la respuesta es que ha sido mi medicina para curarme de un ataque de ego. Si queréis entender por qué, os invito a que leáis un poco más para descubrirlo.




¿Qué es para mí el ego? Es la realidad que has creado a tu mente para encontrarle un sentido al mundo e, incluso, a ti mismo. Se desarrolla a muy temprana edad y es un mecanismo de defensa del niño una vez que empieza a tomar conciencia de que él y su madre son cosas distintas. Aunque es imprescindible desarrollarlo para crecer, termina convirtiéndose en una jaula que, a menudo, ni sabemos que existe. Lo construimos asumiendo juicios de las cosas que nos suceden como algo propio, que nos pertenecen y que se identifican con nuestro yo interior, con lo que somos. Este comportamiento tiene un riesgo muy alto. Llegamos a interiorizar que somos, las cosas que creemos que somos.


Y eso nos causa mucha infelicidad cuando las perdemos. Si tú has incorporado a tu yo, a tu ego, que eres una persona físicamente bella, el día que sientas que te ha abandonado la juventud, sufrirás. Porque ha desaparecido algo de ti, algo importante que lo tenías ligado a tu esencia, y que te lleva a una sensación de abandono, de vacío, que te obliga a buscar algo que sustituya ese sentimiento. En realidad es un juicio que haces sobre el concepto de belleza que habías llevado a lo más profundo de tu ser hasta identificarte con él.

Google acaba de instalar una facilidad que te muestra el número de visitas que tu perfil y las cosas que compartes han sido vistas por alguien. Descubrí con mucha sorpresa que tenía 356.852 vistas. ¡Increíble!




Una íntima sensación de orgullo y satisfacción me invadió. Recorrí los perfiles de algunos amigos y con suerte tenían unos pocos miles de vistas. ¿Será que soy un tipo importante y no me he dado cuenta? Esto hay que compararlo con gente realmente famosa. Me fui al perfil de Rafa Nadal y tenía 1.977.491 vistas.
No me saca mucha diferencia, pensé.



Vamos a hacer otra prueba, un político conocido con presencia en las redes y muy de actualidad…Esperanza Aguirre… 1.298.149 visitas. Está claro, lo mío es la política.



¡Estoy rozando el Olimpo de los Dioses!
Osado yo, decidí enfrentarme a una de las mujeres más bellas y más famosas de la actualidad, Irina Shayk, la pareja, parece, de Cristiano Ronaldo. Y, ¡Ohhhhh! Decepción profunda….4.935 vistas. 



Rápidamente se desinflaron mis expectativas y vi al ego delante de mi descojonándose, riéndose como un diablillo.
Las estadísticas miden aquello para lo que están pensadas. Y si Irina, no tiene cuenta en Google, pues mide, eso, nada. Yo llevo escribiendo aquí casi dos años, y muchas de las visitas no han durado ni cinco segundos. O sea, nada.
Me dejé llevar por el ego y por el pensamiento de que sería mejor, más sabio, más bello y más inteligente en proporción al número de vistas que tuviera. Menuda simpleza. Le di alimento al ego para sufrir después. ¿Escribo para compartir o para revolcarme en mi ego?

Me acordé de las palabras del sabio: “No esperando ganar y no temiendo perder, somos libres de dar y de recibir”.

Si has llegado hasta aquí, tendré una vista más que añadir al importante número que ya tengo, pero mi ego se ha ido a dar una vuelta porque no le ha gustado nada esta entrada. Espero que no regrese en un tiempo. Cuando lo haga, le diré unas cuantas cosas al oído.


Que disfrutéis de este maravilloso día.

lunes, 14 de abril de 2014

7 hábitos de la gente feliz. Un camino en su búsqueda.



(Escrito hoy pensando en las víctimas del incendio que asola Valparaíso. Todas las fotos fueron tomas en mi viaje a la ciudad en diciembre de 2012. Fuerza Chile).

La búsqueda de la felicidad es uno de los temas sobre el que los seres humanos han escrito más libros. No pretendo exponer la fórmula mágica, no la tengo. Cuestiónate y duda de todo lo que vas a leer en las siguientes líneas. No existe el camino a la felicidad. Sólo existe TU camino. Y deberás encontrarlo .
Desde mi experiencia personal y mi formación en coaching, yo intento recorrer el que a continuación te comparto.




Liderarse y reinventarse

“Se tu mismo, el resto de los papeles están ocupados”. (Oscar Wilde).

Lo primero para iniciar la búsqueda de la felicidad es ser consciente de que es un trabajo personal. Lo tiene que empezar uno todos los días porque no existe una meta. La felicidad se encuentra en el camino de su búsqueda. Y la felicidad está en ti, no en el exterior. No es lo que tienes, sino lo que eres. Por desgracia, a menudo la buscamos en objetos materiales de los que nos frustra su pérdida o su ausencia.
Quizás hoy te sientes infeliz y no eres consciente en el pasado de haber hecho nada por no serlo. Recuerda tus estados de máxima felicidad. ¿Qué los provocaba? ¿Cómo intervenías tú en esos momentos?
Lo que me parece indudable es que este hábito requiere constancia y esfuerzo. Los recientes estudios en neurociencias demuestran que nuestras conexiones nerviosas tienen como “caminitos” que nuestro cerebro se acostumbra a seguir. Hay que deshacerlos y convencer a nuestro cerebro de que recorra otros, elegidos por nosotros, que nos transmitan mayor placer, o seguridad, o confianza. Cualquier emoción o sentimiento que nos haga ser más felices.
La psicología positiva acaba de empezar a analizar desde el punto de vista científico estas afirmaciones.
No dudes que es posible.





Conocerse y enriquecerse

“Conócete a ti mismo”. (Inscripción a la entrada del templo de Apolo en Delfos)

Me parece maravilloso que esta frase estuviera a la entrada del templo al que acudían miles de personas a consulta el oráculo y saber qué les podía deparar el futuro. Parece una invitación a detenerse en la entrada y, asimilada su bienvenida, dar media vuelta y buscar la verdad y el futuro, en el interior de uno mismo.
Tras el triunfo en el pasado de las tesis de Parménides frente a las de Heráclito, toda nuestra cultura occidental se ha construido sobre la búsqueda de las verdades absolutas, inamovibles y ciertas. De lo que está bien y lo que está mal. Y las emociones, incontrolables por su propia naturaleza, arrinconadas y en muchos casos incluso negadas.
Viaja por el mundo, lee todo lo que puedas, ve al cine, ensimísmate contemplando una obra de arte, escucha música todos los días. Conversa con gente que tenga vida y cosas que contar. La razón no representa ningún obstáculo para la felicidad.
Atrévete a conocerte mejor. Traspasa esas barreras que te impiden entrar en contacto con tu verdadera esencia. Habrá cosas que no te gusten, pero eres tú. Encontrarás muchas otras que te gustan y de las que te puedes sentir orgulloso.
Hay técnicas de autoconocimiento, como el eneagrama, que son herramientas poderosas para poder cambiar lo que no te gusta de ti. Pero para ello, antes hay que ser consciente de lo que quieres cambiar.
La meditación y el yoga, por citar algunas de las que más me gustan, son técnicas milenarias que encierran la sabiduría de generaciones de personas que buscamos lo mismo. Pruébalas. No tienes nada que perder.



Sanarse y cuidarse

“Tu cuerpo será lo único que te acompañará hasta el último suspiro de vida”.

La felicidad y la enfermedad conviven difícilmente. No es imposible, pero tendrás que hacer mucho más para encontrarla. Incluso cuando no estés enfermo, puedes sanarte. Llevar una alimentación sana y equilibrada y acompañarla con algo de ejercicio, aportan una mayor calidad a tu vida y previenen la aparición de las enfermedades más corrientes de nuestra sociedad actual. Disciplinas modernas, como la bioneuroemoción, están estudiando la relación entre la enfermedad, tu cuerpo y tu mente. Algo que es de sentido común y que va camino de convertirse en ciencia.
Busca el descanso reparador para tu cuerpo y para tu alma. Cansados y con sueño, pensamos y vivimos peor.
No confundas placer con felicidad. No es lo mismo.
No consiste en absoluto en ser un extremista y eliminar de nuestra dieta esos artículos que nos proporcionan momentos puntuales de disfrute. Sólo hay que aplicar el sentido común. La mayoría sabemos qué nos sienta mal y qué nos hace daño. Con mesura nada es malo, no tiene oportunidad de serlo.



Complacerse y permitirse

“No se puede dar, lo que uno no se da”.

Se generoso contigo mismo. A muchos nos enseñaron que había que darlo todo por los demás y que el darte a ti, era una muestra de egoísmo. Hoy no lo creo en absoluto. La generosidad bien entendida no es sólo dar, sino también permitirte recibir.
Date un capricho, priorízate sobre los demás como jamás lo has hecho. No sólo no es malo, sino que es necesario para poder continuar. Debemos desear la felicidad de los que amamos, pero no a costa de la nuestra.



Perdonarse y quererse

“No serás feliz hasta que dejes de perseguir la perfección”. (Tal Ben-Shahar).

Una de las preocupaciones más comunes en mi experiencia como coach y que más insatisfacción provoca, es la búsqueda de la perfección. La sensación de culpa por no alcanzar el grado de perfección que deseas en todos sus aspectos de la vida, el trabajo, la pareja, la educación de sus hijos y tu propia felicidad. El perfeccionista rechaza el fracaso, las emociones negativas, el éxito y hasta la realidad. Otro rasgo del perfeccionista es pretender tener todo controlado y ahí radica buena parte de su desgracia. Jamás tendrás todo bajo control y el mero intento de conseguirlo te hará infeliz. Sencillamente no se puede. El devenir de la vida es lo suficiente impredecible como para que esa búsqueda vana de lo imposible te impida alcanzar la felicidad.

En contraposición busca ser una persona positiva. Acepta el fracaso como el mejor aprendizaje. Acepta las emociones mal llamadas negativas y descubre el regalo que encierran. Acepta el éxito, te lo has ganado y no tienes que pedir perdón a nadie por ello. Y acepta la realidad, y si no te gusta, cámbiala con todas tus fuerzas.



Compartirse y darse

“¿Es la bondad un resultado de la felicidad o es a la inversa?”. (Matthieu Ricard, monje budista).

Algo que tienen en común las principales religiones y corrientes de pensamiento es la importancia de la generosidad para con los demás. La eterna lucha entre el hombre egoísta y el hombre bondadoso. ¿Cuál es la condición natural del ser humano? ¿El egoísmo o la bondad? Quizás los profetas y los pensadores habían llegado a la convicción de que en la esencia del ser humano radica la generosidad y que volver a ella es una condición imprescindible para ser feliz.
Si tú y yo tenemos dos manzanas y nos la intercambiamos seguimos teniendo una manzana cada uno, pero si tenemos una idea y la intercambiamos, terminamos teniendo dos ideas cada uno.
Regala tu sonrisa hasta en los días que más te cueste. Terminarás contagiado y contagiando felicidad.
Intenta comunicarte como te gustaría que lo hicieran contigo. Empatiza con tu interlocutor. Ponte en su lugar. Primero intenta comprender al otro y después, prueba a comunicarte con él. La Comunicación No Violenta es un ejercicio de amor para contigo y para con los demás de un poder sorprendente.
Todo lo importante de esta vida se multiplica si lo compartes. No puedes esperar recibir amor si antes no has dado amor. Y sentirse querido es uno de los elementos más importantes para ser feliz.



Aceptarse y no enjuiciarse

Nosotros no podemos elegir lo que nos pasa, pero sí podemos decidir cómo vivir lo que nos pasa. (Víctor Frankl)

Los juicios son la mayor fuente de infelicidad del ser humano. Los juicios sobre nosotros y sobre las personas que nos rodean. Los juicios sobre las cosas que nos suceden.
Cualquier realidad que te incomode, intenta contemplarla desde fuera, como si fueras un observador imparcial.
Prueba a subir la escalera de inferencias. Considera la siguiente escena de una fotografía ampliamente difundida en Inglaterra[1]. Dos hombres corren en la misma dirección. El que va detrás es blanco y viste uniforme de policía. El de delante es negro y viste de civil. En el primer peldaño están los hechos objetivos de la situación, los datos, que he descrito antes. En el segundo, están las interpretaciones de los datos. Alguien podría interpretar que es un negro que ha cometido un delito y un policía le persigue. En el tercero aparecen los juicios. Alguien podría pensar: “el negro es un criminal. Todos los negros son iguales”. Mientras que otro juzgaría: “el negro estaba en una manifestación y el policía lo está reprimiendo. Otro ejemplo de brutalidad policial”. En el último escalón están  las conclusiones y la acción a tomar. Todo a partir de una fotografía. En realidad sólo conocemos los datos observables de la foto, un hombre negro corriendo delante de un policía blanco. La foto fue usada por Scotland Yard para buscar candidatos negros, porque en realidad ambos eran policías que perseguían a un criminal que estaba fuera del encuadre de la foto.
No te quedes nunca con la primera impresión, con el primer juicio. Busca lo que está fuera del encuadre de la foto que ves. Como de dije al principio, duda de todo, cuestiónatelo todo. Recorre la escalera de inferencias tantas veces como creas necesario.
Revisa los juicios que dominan tu vida. Algunos se habrán convertido en creencias, entendidas como el juicio que ya no te cuestionas, que tienes íntimamente interiorizado. Es hora de romper con ellos.



Si observáis el texto anterior, he utilizado mucho la forma reflexiva. Se nos ha negado durante milenios la facultad de ser los protagonistas de nuestra felicidad, depositando esta responsabilidad en otros, en algo fuera de nosotros.
Olvida el miedo, la envidia, el sentimiento de culpa, la autocompasión y la autoadmiración. Tu ego está al acecho para confundirte.

El fin último de la vida es reír con toda nuestra risa y llorar con todas nuestras lágrimas.

Ríete, llórate, ámate, cánsate y descánsate. Suéñate, piénsate, disfrútate y encuéntrate. Maravíllate y conciénciate de ti.

Quizás, al final de una vida entera buscándola, encuentres que siempre estuvo a tu lado, en el río que contemplabas todas las mañanas al despertar, como Siddhartha.
En el disfrute de las cosas pequeñas y cotidianas.
La suerte es que, para entonces, el río estará dentro de ti.

Y… ¿para qué no empezar el camino ahora?



[1] Ejemplo extraído del libro “Metamanagement” de Fred Kofman.
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domingo, 6 de abril de 2014

¿Puede ser el miedo una elección? Chile y los terremotos



Terremoto de Valdivia 1960. El más potente registrado (9.5 Mw)


“El miedo es mi compañero más fiel, jamás me ha engañado para irse con otro”. Woody Allen.


Si esperabas una respuesta afirmativa al título de esta entrada, lamento decepcionarte, puedes ahorrarte el resto del relato. Pero si lees hasta el final mi reflexión, a lo mejor, te reconcilias con un viejo amigo.

Mi amado Chile y toda la gente que habita allí, están pasando unos días muy difíciles. Después del brutal terremoto de esta semana cerca de Iquique, la tierra no deja de moverse, resucitando la terrible sensación de indefensión y de no ser nada ante la fuerza de la naturaleza. Y el miedo acompaña de día y de noche a muchas de las personas que soportan los temblores.

El miedo es una emoción y, como tal, no se puede evitar. Está grabada en nuestro ADN y es imprescindible para la vida. Nuestro cuerpo genera adrenalina, aumenta la frecuencia cardiaca y el cuerpo está listo para una respuesta rápida y eficaz.

Sentir miedo es lo natural. Es así de sencillo. Legitima tu miedo. No pasa nada. Todos tenemos miedo. Estará junto a ti hasta el último suspiro de tu vida. Y siéntete afortunado por ello. No podrás hacer nada para evitar que venga a visitarte.

Terremoto de Concepción 2010 (8.8 Mw)


“Los estados de ánimo normalmente se adelantan a nosotros. Cuando los observamos, ya estamos sumergidos en ellos”. Rafael Echeverría.


Otra cosa es que dejes que se convierta en un estado de ánimo. Como si fuera una adicción a la droga, es frecuente dejarnos llevar por una emoción y permitir sin querer que se instale en nuestro día a día y no nos demos cuenta de que se queda permanentemente.

Los estados de ánimo condicionan tu campo de actuación. Limitan tus posibilidades de hacer. ¿Cómo te sientes? ¿Vas a dejar de hacer algo hoy por los temblores? ¿Y mañana?

Pero a diferencia de la emoción, sí puedes actuar sobre tu estado de ánimo. Toma consciencia de cómo te sientes y actúa. La probabilidad de que mueras o de que tengas un accidente grave en un terremoto es, posiblemente, menor al riesgo que tienes de sufrirlo en un accidente de tráfico. Acepta libremente que vives en una región sísmica. Quizás gracias a ello, Chile es el país más hermoso del planeta.






“La felicidad es la ausencia de miedo”. Eduardo Punset.


La mayoría de las desgracias que imaginamos y que nos torturan, jamás llegan a suceder. Deja de atormentarte. Si quieres estar más tranquilo, déjate escrito en un papel por dónde tienes que evacuar, contrata un seguro, ancla bien los muebles, ten una reserva de agua, alimentos, pilas y una radio. Lo que sea que te aporte seguridad. Pero si vives en Chile, volverán los temblores. Seguro.

Cuando sientas miedo, reconócelo como un viejo amigo que nos han inculcado desde pequeños para conseguir lo que otros quieren. Como si de un invitado se tratara, sírvele una apetitosa comida y antes de los postres, despídelo con una sonrisa. Le habrás derrotado. Cuando vuelva, sabrá que antes del final tiene que abandonar el banquete. Pero, ¿quieres alimentarlo tú contra ti? ¿Te gustaría ser feliz?


Atardecer en Santiago




Después de mi intención, llena de vacuas e inocentes palabras para los que estáis viviendo la destrucción y el sufrimiento, sólo puedo mandaros un abrazo de corazón y mi solidaridad completa en estos momentos difíciles.